lunes, 12 de marzo de 2018

SU MASCOTA FAVORITA


Salieron juntos cogidos de la mano, ella ligeramente adelantada, y se detuvieron en el porche sin bajar los dos escalones hasta cerciorarse de que el leñador estaba a una distancia prudencial. Éste bajó su hacha e interpeló a los dos adolescentes.
–Me pareció escuchar a un animal salvaje.
Creo que se fue hacia el este respondió ella temerosa.
El leñador se giró mirando al bosque, iluminado por la luna que en ese preciso momento asomaba entre las nubes.
–O quizá no –añadió dejando que su hombre lobo saltara, ya convertido, sobre el leñador.
La muchacha recolocó su capucha encarnada y entró a ocuparse de la abuela.




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